José María Valcuende del Río (Coord.) (mayo, 2012)
Amazonía. Viajeros, turistas y poblaciones indígenas [PDF] (3,2MB) [Flash]
La Amazonía constituye un lugar emblemático para el imaginario occidental. Este espacio mítico se fue conformando a partir de dos visiones, la del infierno que protegía extraordinarias riquezas, y la de un paraíso "virgen" que era y es necesario proteger. Múltiples dorados colectivos e individuales atrajeron a aventureros, militares, sacerdotes, empresarios, científicos, campesinos, trabajadores, viajeros, turistas... que en épocas sucesivas fueron llegando, desde los lugares más insospechados, con el fin de sobrevivir, huir de la justicia, buscar nuevas experiencias, salvar almas, atesorar riquezas, conocer.... Las fantasías, deseos y engaños que atrajeron a todos estos hombres y mujeres, chocaron habitualmente con un territorio cruel capaz de crear y enterrar constantemente sueños, en una tierra donde todo es movimiento y cambio, vida y muerte, como señalan Eurípedes Funes y Adelaide Gonçalves, en el capítulo que inicia esta obra: en esta tierra "el todo es poco".
Las oleadas progresivas de población que se adentran en las áreas amazónicas se encuentran a otras poblaciones, que se verán obligadas a desarrollar diversas estrategias para sobrevivir. Desde el siglo XVI que llegan los primeros expedicionarios occidentales se producirá una progresiva reducción de las poblaciones originarias, y una auténtica desestructuración social y política. El Dorado de los occidentales se convertirá en una auténtica pesadilla para los pueblos indígenas, que se agudizará a partir del siglo XIX, en el que se intensifi ca el proceso de colonización, en busca de un nuevo oro, que será fundamental para el sistema capitalista, el látex. Es la época conocida de, las eufemísticamente denominadas, "correrías"; auténticas cacerías de indígenas, que o bien eran incorporados como trabajadores en condiciones que no difieren sustancialmente de la esclavitud o bien eran exterminados, cuando estos oponían resistencia. Muchos de estos pueblos desaparecieron, otros vieron reducida de forma importante su población, en muchos casos se vieron obligados a fusionarse con otros pueblos, en las misiones, y en algunos casos tuvieron que huir a las áreas más ignotas, habitualmente en las cabeceras de los ríos. Es así como se conforman los indígenas en aislamiento voluntario. Unos indígenas que han escapado de las múltiples persecuciones a las que se han visto sometidos, a partir de los que buscaron y buscan los recursos de sus tierras, o bien de los que procuraron y procuran adscribir sus almas a uno de los muchos paraísos anunciados.